Evaluación experimental de la fisuración del hormigón producida por la corrosión de las armaduras

La corrosión de las armaduras es una de las causas que provoca, con mayor frecuencia, la degradación prematura de las estructuras. Los productos generados por la corrosión del acero, ocupan un volumen mayor que el material del cual proceden, lo que genera una presión contra el hormigón colindante que, el la mayor parte de los casos, provoca su fisuración y rotura. Esta fisuración puede afectar tanto a la seguridad como a la funcionalidad de las estructuras de hormigón armado. Aunque se han publicado trabajos que exponen modelos numéricos para evaluar esta fisuración se ha realizado poca experimentación que los avale, y en muy pocas ocasiones se ha intentado cuantificar lo que esto significa en la práctica. Recientemente, Geocisa e ICCET han iniciado un amplio trabajo experimental con el fin de estudiar el efecto de la corrosión de las armaduras en el hormigón que las recubre, dentro del proyecto BRITE/EURAM "The residual life of reinforced concrete structures". Para ello, se ha puesto a punto un método acelerado de corrosión controlada, con el fin de obtener diferentes niveles de corrosión, en períodos de tiempo suficientemente cortos (varios meses). En éste trabajo, se analiza y cuantifica el efecto que tienen algunos parámetros, intrínsecos al hormigón o a la armadura, en la fisuración del recubrimiento, según el nivel de corrosión. Los resultados indican que el proceso se desarrolla en dos etapas: generación y propagación de la fisura . La propagación se desarrolla primero, siguiendo un comportamiento del tipo: w (anchura de fisura) = a + bx (pérdida de radio de la barra), con pendientes entre 0,003 y 0,018, dependiendo de la velocidad de corrosión, hasta que se alcance un cierto nivel de daño. Pérdidas de radio de 15-50 um son suficientes para generar la primera fisura visible (0,05 - 0,1 nm).